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Parque de la Alameda

Parque de la Alameda
¡ El Parque de la Alameda se viste de otoño! Vale la pena visitar Santiago

Campus Stellae. Santiago de Compostela, la ciudad

Vista de la Catedral desde el parque de la Alameda

Poco se conoce de los orígenes prerromanos de Santiago de Compostela, lo que sí se sabe es que tuvo tres nombres: el primero, Libredón, que para algunos sería céltico; entre los siglos IX y XI se le llama Arcis Marmoricis; y ya a partir de 1065, el Rey Fernando I, rey de Castilla y León, hizo público un documento en el que aparece como Compostella.

Gran parte del casco histórico dispone de soportales para guarecerse de la lluvia
Su toponimia es bastante discutida. El Cronicón Iriense (XI-XII) lo deriva de "compositum tellus, "tierra compuesta o hermosa". Aunque en latín esta acepción se asocia más bien a "cementerio". En el XII la crónica de Sampiro dice de Compostella, "id est bene composita", ciudad "compuesta, bien construida". Y por último la más popular, y, aquélla que nos acompañará en este periplo histórico, es la que se refiere a "Campus Stellae".

Un halo legendario envuelve a la milenaria ciudad de Santiago de Compostela, y buena culpa de ello tiene el término Campus Stellae "Campo de Estrellas".

Los tejados de Santiago desde las cubiertas de la Catedral
Cuenta la leyenda, que allá por el año 814 tuvo lugar un hecho cuya trascendencia ha perdurado hasta nuestros días. Un anacoreta llamado Paio (Pelayo), permaneció absorto ante la visión de unas estrellas luminosas en las proximidades de un antiguo cementerio, una necrópolis tardorromana localizada en el bosque de Libredón.

¿Sabemos quien fue en realidad Santiago, el Apóstol?


Muchas son las representaciones de Santiago
Aquí dejaremos la muestra de algunas de ellas

La Catedral de Santiago custodia las reliquias de un apóstol de la Cristiandad. ¿Quién fue Santiago el Mayor? ¿Cómo llegó su cuerpo a las costas gallegas? ¿Cómo se transformó en patrono de España y de la ciudad? La historia y la tradición se unen en la figura de Santiago, en sus fiestas y en la rica iconografía del Santo peregrino y guerrero. 

La Biblia se refiere habitualmente al Apóstol Santiago con el nombre de Jacobo, procedente del hebreo Ya’akov, que pasó al latín como Iacobus, derivando en una gran diversidad de nombres propios en las distintas lenguas europeas al extenderse el cristianismo: Jacobo, Iago, Yago, Tiago, Diego, Santiago, Xacobe, Jaime, Jaume, Jacob, Jakob, Jacques, Giacomo y James son sólo algunas de ellas. La variante Santiago surgió como evolución de la composición Sanctus Iacobus. 

De ahí que al Camino de Santiago se le conozca también por Ruta Jacobea. 

De acuerdo con la Biblia, Santiago era hijo de Zebedeo y Salomé, y hermano mayor del apóstol Juan. Los Evangelios se refieren a él como "el Mayor", para diferenciarlo del otro Apóstol Santiago (Santiago Alfeo o Santiago "el Menor"). 


Algunas interpretaciones señalan además que Salomé era hermana de María, lo que convierte a Santiago y Juan en primos de Jesús. Esto explicaría el atrevimiento de Salomé al solicitarle a Jesús que los dos hermanos se sentasen junto a él en el Paraíso, así como que Juan quedase a cargo de María tras la muerte de Jesús. 

Juan, Santiago, Andrés y Pedro se dedicaban a su trabajo cotidiano como pescadores cuando Jesús llegó a la orilla del lago de Genesaret y los llamó para que se unieran a él como "pescadores de hombres". A los dos primeros Jesús los apodó Boanerges, "hijos del trueno", por su fuerte temperamento. 

Juan, Santiago y Pedro llegarían a tener especial relevancia entre los Apóstoles, pues fueron los únicos admitidos en el milagro de la resurrección de la hija de Jairo, la curación de la suegra de Pedro y la Transfiguración del Monte Tabor; y escucharon las palabras de Jesús en el Getsemaní. En los episodios posteriores a la Resurrección, vuelven a aparecer en su compañía con frecuencia.

Según cuenta la tradición, cuando los Apóstoles marcharon a predicar las enseñanzas de Jesús por el mundo, Santiago encaminó sus pasos a Hispania. El Breviarium Apostolorum del s. VI, y los textos de San Isidoro en el s.VII y del Beato de Liébana cien años más tarde, sitúan a Santiago en distintos puntos de la Península Ibérica como evangelizador. 

Los relatos más conocidos son los que refieren las visitas que recibió de la Virgen en Zaragoza y en Muxía para reconfortarlo cuando su ánimo decaía. La aparición en Zaragoza tuvo lugar aún en vida de la Virgen, cuando habitaba con el Apóstol Juan en Éfeso y, tal como cuenta la historia, María se le apareció sobre un pilar, dando así lugar a la advocación de la Virgen del Pilar. Por otro lado, la aparición mariana en Muxía mezcla elementos cristianos y precristianos: cuenta esta leyenda que cuando Santiago se hallaba predicando por el noroeste peninsular, se angustió por el poco éxito de su misión evangelizadora. Mientras oraba a la orilla del mar vio aparecer una embarcación de piedra, gobernada por dos ángeles, en la que viajaba María. La Virgen lo animó a continuar su labor y le entregó una imagen suya, para la que Santiago levantó un pequeño altar debajo de una roca.

Muchos años después, las gentes del lugar encontraron la imagen y construyeron allí mismo un santuario, la Iglesia da Nuestra Señora de la Barca, a la que cada septiembre acuden numerosos romeros. La barca de piedra quedó en la orilla y a sus piezas (tres piedras que representan la barca, la vela y el timón) se les atribuyen diversas propiedades milagrosas. 

De acuerdo con los Hechos de los Apóstoles, en el año 44, mientras predicaba en Jerusalén, una vez que volvió de España descorazonado por su poco éxito, Santiago fue apresado por orden de Herodes Agripa I, quien ordenó su decapitación. Fue, por tanto, el primer apóstol en sufrir martirio. 

La tradición narra que Santiago Alfeo ("el Menor") recogió la cabeza de Santiago y la entregó a la Virgen María para que la custodiase. Hoy esta reliquia se conserva en la Catedral de Santiago en Jerusalén, perteneciente al Patriarcado Armenio. En cuanto a su cuerpo, sus discípulos lo recogieron y partieron en un barco a buscar un lugar apropiado para darle sepultura. En esta embarcación mágica, que no llevaba tripulación ni precisaba de guía, atravesaron el Mediterráneo y llegaron hasta las costas atlánticas. 


Atracaron en el puerto de Iria Flavia, en los confines de la tierra entonces conocida, donde quedó la barca amarrada a un poste de piedra, lo que explica el origen etimológico del nombre de la villa de Padrón (pedrón). El territorio estaba dominado por una reina pagana, la Raíña Lupa. 

Los discípulos le pidieron un carro y una yunta de bueyes para transportar el cuerpo de Santiago. Ella, taimadamente, los envió a un monte próximo en el que pacían rebaños de toros bravos. Pero en lugar de embestirlos, los toros se acercaron dócilmente a los discípulos y se dejaron poner el yugo. Se dice que la Raíña Lupa, impresionada por este y otros prodigios, se convirtió al cristianismo. 

Por tierra de castros y pazos. De Palas de Rei a Salceda


El final de nuestra etapa en el día de ayer, nos deparó una grata sorpresa en forma de alojamiento, pues pernoctamos en el pueblo de Meixide, muy cerca de Palas de Rei y esta pequeña villa, apenas un puñado de casas, revela, entre sus edificios más emblemáticos, un señorial pazo que en la actualidad está destinado a hostería de peregrinos y viajeros. 


Pazo de Mariñao
Detalle del escudo de armas de sus antiguos propietarios

Un rincon de los jardines

La tierra de los Ulloa está salpicada de estas magníficas construcciones, que han cobijado entre sus muros a muchas generaciones de caballeros y damas de rancio abolengo, y ese poso de nobleza ha perdurado hasta nuestros tiempos, mostrándonos vestigios de aquello que en siglos pasados se alzó en todo su esplendor. 

Un par de detalles más


No bien hubimos tomado posesión de nuestras habitaciones en el Pazo Mariñao, del que hablaremos con posterioridad, optamos por desplazarnos hasta Melide, pues estando cerca el mediodía era el momento de visitar alguna de las pulperías que desde esta población han alcanzado reconocimiento mundial. ¡Ya visitaríamos Palas cuando cayese la tarde!

Aunque son varios los establecimientos que ostentan una merecida fama por su forma de presentar este molusco, nos decantamos por visitar Casa Ezequiel, pues es toda una institución en la historia de Melide y nos gusta la disposición de sus mesas y su rápido servicio.

Daniel, antes de dar buena cuenta del pulpo en Casa Ezequiel
Nuestras expectativas no se vieron defraudadas, y comimos opíparamente y por un precio muy asequible. Llegado este momento, decidimos volver a nuestro pazo para reposar un poco la comida y dedicar la tarde a conocer en profundidad la población de Palas de Rei. 

La historia del Concello de Palas y toda la tierra que la circunda se presenta firmemente cimentada en la cultura castrense, pues son muchos los restos arqueológicos que aún se conservan, testigos todos ellos de inmemoriales asentamientos humanos.

Estos vestigios arquitectónicos nos hablan de tribus celtas, astures, quizás incluso cántabras, que eligieron estas tierras lucenses para asentarse y fundar castros, de los cuales podemos encontrar más de una veintena sólo en el Concello de Palas. 

Merece la pena, si se dispone de tiempo, visitar estos lugares y disfrutar de mámoas como las de Ferreira y Fontecuberta, dólmenes y castros, como el de Sucastro en Lestedo, Castrillós en San Vicente de Maceda, el castro de Marzá, el castro de Moredo, los castros das Seixas (Merlán), San Xurxo (Augasantas), San Vicente de Ulloa, Mencide (Carteire), San Xián (San Xián do Camiño), Gontá (Coence), San Xusto (Repostería) y Remonde, un poblado en Vilar do Monte y sepulturas antropiodes de Chousa y Pacín.

Pero si nuestros gustos se alejan de las ruinas prehistóricas y preferimos linajudas construcciones, Palas también nos ofrece un buen ejemplo de arquitectura civil, como restos de fortalezas, torres, castillos o los pazos y casas blasonadas que adornan su geografía y que han servido de inspiración literaria a más de un ilustre escritor español.

Dentro de estos edificios cabe destacar la Casa torre de Quindimil, los restos de la Casa da Pena da Merla, en Santa María de Carteire, el pazo de Ulloa o de Vilamaior (Curbián), la Casa da Tulla o de Foncuberta o Pazo de Moreira, el Pazo de Laia que conserva el escudo de armas de los condes de Traba, de cuyo linaje saldría el fundador de Pambre, la casa de Ulloa, donde los Saavedra, Montenegros, Gayosos, Deza, se identifican con sus armas y escudos familiares, la antigua fortaleza del Castro de Seixas en la parroquia de Merlán, de donde procede este conocido linaje gallego, el Pazo de Pacheco , el pazo de Meixide o de Mariñao, que fue del marqués de Camarasa y que en el día de hoy nos servirá a nosotros de alojamiento y finalmente el Castillo de Pambre, fortaleza erguida por Don Gonzalo Ozores de Ulloa hacía el año 1375, y a la que hemos dedicado otra entrada en este mismo blog.

La ubicación de Palas en el Camino de Santiago ha favorecido desde tiempos remotos la edificación de iglesias y capillas, sobre todo románicas, de manera que aquellos que se decanten por la arquitectura religiosa disponen de más de cuarenta parroquias para su visita, entre las que proponemos las de Fontecuberta, Pidre, Albá, Canúño, Marzá, Ferreira, Meixide y por encima de todas la de Vilar de Donas, monumento histórico artístico desde 1931 y que ha sido objeto de un amplio estudio en otra entrada de nuestro blog. 

Según la tradición, el municipio debe su nombre “pallatium regis” al palacio del rey visigodo Witiza, que reinaría entre los años 702 y 710. En Palas, Witiza habría matado al Duque de Galicia, Favila, padre de Don Pelayo.

Por aquí pasaba la vía “Lucus Augusti”, y ya en el siglo VI se constata su pertenencia al condado de “Ulliensis”, siendo la Edad Media un período de prosperidad para la villa, en buena parte gracias al Camino de Santiago. El “Códice Calixtinus” citaba Palas como parada obligada de los peregrinos para afrontar los últimos tramos de la ruta jacobea.

Palas, protagonista también en la segunda guerra carlista, fue uno de los escasos municipios en los que triunfó la sublevación en 1846, constituyéndose una Junta Revolucionaria. Las tierras de Palas de Rei sirvieron de fuente de inspiración a escritores como López Ferreiro, Álvaro Cunqueiro o Emilia Pardo Bazán.

Aunque son muchos y de muy bella traza los elementos arquitectónicos repartidos por el Concello, en el municipio sólo podemos encontrar el interesante templo parroquial de San Tirso, obra original del siglo XII, pero de la que sólo nos ha llegado la portada principal. Tiene ésta una sencilla pero armónica estructura abocinada con arquivoltas de medio punto con perfil de baquetón y guardapolvos ajedrezado. Los dos pares de columnas tienen capiteles de hojas voluminosas. Un tímpano liso completa dicha puerta.

Iglesia de San Tirso
Este tipo de tímpanos aparecen sin figuración actualmente, pero en origen estarían pintados con escenas religiosas, normalmente con el Regreso de Cristo en el Juicio Final (Pantocrator, Evangelistas, Ancianos...) El resto de la estructura es de reciente construcción.

Por lo demás, sólo una estatua del Apóstol, una fuente coronada por un anónimo peregrino y una pequeña calle que lleva por nombre Travesía del Peregrino dan fe de la importante tradición jacobea de esta villa, que llevó a Aymeric Picaud a hacer aquí su última escala antes de llegar a Compostela.

Fuente con Peregrino

Calle del Peregrino

Ayuntamiento de Palas de Rei

Desvelando el pasado. Castro de Castromaior


En la era de las comunicaciones, ¿quién no ha hecho uso de la red para ilustrarse sobre cualquier materia? Está demostrado que lo que no hallemos en los foros de internet, difícilmente lo podremos consultar en cualquier otro tipo de archivo.  

En nuestro caso no iba a ser diferente, y una vez que tomamos la decisión de realizar nuestro peregrinaje a Santiago a través del Camino Francés, estuvimos en disposición de recabar información sobre todos aquellos rincones y villas que una vez saliésemos de Astorga iríamos encontrando en cada una de nuestras jornadas, y para ser sinceros, diremos que hubo momentos en los que temíamos no encontrar reseña ni noticia alguna sobre una gran variedad de parajes que indefectiblemente íbamos a localizar en nuestro camino.

A nuestro entender, varias podrían ser las razones para que se originase esta situación, entre las que cabría  señalar la inexistencia de interés histórico o arquitectónico en el lugar a visitar, la escasa población de una villa, no más allá de diez o doce viviendas, la falta de servicios que señalen una población como punto de referencia para el peregrino o, como en el caso que nos ocupa, la antigüedad del lugar y los escasos estudios que sobre el mismo se han hecho.

En este último supuesto, podríamos decir que están englobados los Castros prerromanos, ya sean astures, celtas o vetones, pues  su historia y la de sus moradores no siempre está documentada y cuando lo está, es más bien poco lo que se dice de ellos.

Uno de los castros mejor conservados dentro de los fortines que salpican la geografía gallega, lo encontramos en nuestro camino hacia Palas de Rei, dentro del Concello de Portomarín, muy cerca de la LU – 633 y toma su nombre de la localidad cercana de Castromaior.

Vista aérea del Castro
La falta de tiempo fue un hándicap que no pudimos superar, pues en el mismo día pretendíamos visitar el Castillo de Pambre y esto, unido a la escasa información  que sobre esta fortaleza habíamos podido encontrar, trajo como consecuencia que dejáramos la visita para otro momento más idóneo, razón por la cual no tomamos fotos del lugar. 

Pero ya de vuelta y después de mucho buscar, hemos descubierto un trabajo de investigación realizado por tres arqueólogos de las universidades Autónoma y Complutense de Madrid, Miguel Ángel López Marcos, Yolanda Álvarez González y Luis Francisco López González, que nos ha arrojado algo de luz sobre este Castro en particular, de manera que reproduciremos algunos fragmentos de su artículo para que quien esté interesado en su visita o estudio, tenga algún punto de referencia donde comenzar. (Si alguien está interesado en la publicación completa, la dirección de la página es la siguiente: http://arqarqt.revistas.csic.es/index.php/arqarqt/article/view/127/123.

Creemos que con esta información y las fotografías que la acompañan, también de los mismos autores, este Castro nos ha desvelado alguno de los secretos que con tanto celo ha guardado durante centurias. ¡Que lo disfrutéis!

INTRODUCCIÓN

El Castro de Castromaior es uno de los yacimientos arqueológicos de la Edad del Hierro más relevantes del Noroeste de la Península Ibérica como han demostrado los resultados de las últimas intervenciones desarrolladas en él.

El buen estado de conservación del mismo permite realizar un examen de los modelos constructivos castreños, debido sobre todo, a la inactividad agropecuaria, que ha mantenido sellados los últimos niveles de ocupación y posterior destrucción. Su situación, a escasos metros del Camino de Santiago, ofrece óptimas condiciones para el desarrollo de un programa de intervención que pretende convertir este bien patrimonial en un recurso cultural y turístico de primer orden, teniendo como base la investigación arqueológica.

Panorámica general del Castro
Desde el año 2006, la Xunta de Galicia, ha promovido una serie de actuaciones en el yacimiento, encaminadas a su puesta en valor y posterior integración en la ruta jacobea a su paso por Castromaior, con el objeto de ampliar la oferta cultural del Camino de Santiago.

En la primera campaña de excavación se proyectó la «domesticación» anual de la espesa cobertura vegetal para ofrecer al visitante la posibilidad de contemplar la topografía original. La primera limpieza y tala de las cinco hectáreas del yacimiento, permitió la observación de las características morfológicas del castro. Se realizaron los correspondientes trabajos topográficos intensivos y se plantearon cuatro sondeos, distribuidos por los distintos recintos que configuran el poblado, con el fin de realizar una secuencia cronológico-cultural y una definición del estado de conservación.



Como consecuencia de los resultados obtenidos en el recinto superior se amplió el área de intervención sucesivamente en las campañas de los años 2007, 2008 y 2009. Se excavó en total una superficie de más de 1.000 metros cuadrados y se realizó paralelamente la restauración de los restos de cara a la puesta en valor.

EL CASTRO DE CASTROMAIOR

El castro de Castromaior, situado en el Noroeste peninsular, al Sureste de la provincia de Lugo (ayuntamiento de Portomarín), fue levantado sobre una cima con un gran dominio visual, desde la que se ejerce un amplio control de la margen derecha del río Miño. 

Para principiantes en construcción. Glosario de términos arquitectónicos


Antes de continuar con nuestro viaje a Santiago de Compostela, queremos hacer una pequeña pausa para presentar esta entrada, que creemos será de gran ayuda para todas aquellas personas que como nosotros no son expertos en términos arquitectónicos y desconocen muchos de los vocablos que aparecen en la descripción de un edificio. Con este glosario, entresacado de varias páginas especializadas en el tema, esperamos contribuir en la medida de lo posible a que las descripciones de nuestros monumentos resulten fáciles de entender y cómodas de seguir.




Ábaco: 
Losa plana y cuadrada en forma de tablilla que, colocada sobre el equino, corona el capitel y sirve de asiento al arquitrabe, a la vez que protege la decoración de dicho capitel.

Abocinado:
Dícese del arco o vano que tiene más luz a un lado que al otro del muro.

Ábside: 
Construcción semicircular o poligonal, que sobresale del perímetro de la iglesia en la cabecera, en el extremo de la nave central, detrás del altar mayor. Suele ir cubierta de casquetes de cuarto de esfera.

Absidiolo:
Denominación que recibe las capillas abiertas en el ábside o en la girola. Pequeño ábside semicircular que forma una capilla.

Aguja:
Estructura arquitectónica en forma de pirámide muy apuntada, utilizada como coronamiento y decoración de torres, campanarios y en general de las partes superiores de las catedrales góticas. En la última época gótica se hicieron con tracerías caladas en sus caras o costados.

Ajimez: 
Ventana dividida en el centro por una columna fina de descarga o parteluz, sobre la cual voltean dos arcos gemelos.

Albardilla:
Tejadillo o remate con que se coronan ciertos muros, para evitar que el agua de lluvia incida y resbale directamente sobre ellos.

Alféizar: 
Corte oblicuo realizado en el espesor del muro que circunda un portal o una ventana, para hacerlo más amplio y para permitir una mayor entrada de luz. En la época gótica los alféizares, suelen tener una riquísima decoración escultórica.

Alma:
Eje vertical de una escalera de caracol. Muro que recibe y sostiene los peldaños de una escalera.

Alzado:
Representación plana de la elevación vertical de un monumento arquitectónico. Se distinguen tres partes: la arquería, el triforio y el claristorio o ventanales.

Ambón:
Cada uno de los púlpitos o tribunas situados en algunas iglesias a uno y otro lado del altar, coro o presbiterio y en otras, uno frente a otro en la nave central o en el crucero, para el canto o lectura del Evangelio y Epístola en el lado norte y sur respectivamente. A partir del siglo XIV el ambón fue sustituido por el púlpito.

Ándito:
Corredor o andén que exteriormente rodea del todo o en gran parte un edificio. Vease también triforio.

Ángel:
Un ángel es un ser etéreo presente en muchas religiones, cuyos deberes son asistir y servir a Dios. Actúan típicamente como mensajeros, según se cree en las tres principales religiones monoteístas.
Ceriferario: 
Ángel portador de velas o faroles.
Tenante:
Ángel portador de los símbolos episcopales, la cruz, el báculo y la mitra.
Turiferario: 
Ángel portador del incensario.

Antepecho:
Ver paramento.

Antipendio:
Parte delantera de un altar. En su origen se refería solo a las ricas telas que colgaban por delante del altar. Se extendió la palabra a las placas de orfebrería, eboraria, pinturas, etc.

Arbotante: 
También se le denomina botarel. Es un arco rampante exterior que transmite los empujes laterales de una bóveda a un contrafuerte, liberando así a los muros de la función sustentante. Con frecuencia son dobles: el superior resiste el viento y el inferior el empuje de la bóveda. Por lo general soporta un trozo de muro, macizo o calado, que se corona con un nervio o albardilla inclinada, que suele contener un canal para conducir el agua de lluvia desde la cubierta a las gárgolas que la arrojan fuera del edificio.

Arcada: 
Serie de arcos sostenidos por pilares o columnas. Vano o ojo de un arco.

Archivolta o arquivolta: 
Conjunto de molduras y ornamentación del frente de un arco.

Arco: 
Estructura arquitectónica curva que une entre sí dos columnas o dos pilares. Hay varios tipos:
Apuntado u ojival:
Está formado por dos segmentos de curva iguales que forman ángulo en la clave y cuyo intradós es cóncavo.
Conopial: 
Es el que tiene forma de quilla invertida y consta de 4 centros.
Crucero: 
El que une en diagonal dos ángulos de una bóveda.
Diafragma:
Arco fajón que separa tramos de una nave y cuyo objeto es aliviar los muros laterales o a la armadura de las cubiertas de madera
Escozano:
Es el que está formado por un solo arco menor que la semicircunferencia y cuyo centro está por debajo de las impostas.
Fajón o perpiaño: 
Arco transversal al eje longitudinal del edificio. Llamado fajón en el románico y perpiaño en el gótico.
Formero: 
Arco apoyado sobre la pared, en el claristorio o en los colaterales, paralelo al eje longitudinal de la iglesia.
Medio punto: 
El formado por una semicircunferencia.
Ojivo:
También llamado diagonal o crucero. El que arrancando de un apoyo, pasa por la clave principal de una bóveda nervada (de ahí su nombre). Los arcos cruceros de las bóvedas nervadas son los únicos que, en rigor, se deberían llamar arcos ojivos.
Toral: 
Cada uno de los sustentantes de una nave con bóveda, que son perpendiculares al eje mayor.
Tranquil:
Arco cuyos arranques están situados a distinto nivel. También llamado arco rampante.
Tudor:
Característico de la arquitectura inglesa que consta de 4 centros.

Arcosolio:
Es una tumba, de forma abovedada, destinada a personajes notables situadas en las paredes de las iglesias. El nicho en el que se introduce el sarcófago tiene forma de arco ojival. En cuanto al sarcófago, sobre su tapa se coloca el bulto yacente del difunto.

Arcuación:
Se conoce con este nombre al conjunto de arcos, ya sean físicos o simulados, con los que se adornan las partes altas de las construcciones, aparentando que las sostienen. Fue usado con mayor fuerza en los estilos románico y gótico.

Argamasa:
La argamasa en la época de las construcciones de las catedrales estaba compuesto principalmente por tiza la cual se calentaba para formar cal, posteriormente se mezclaba con agua para formar el compuesto. Hay que recordar que esta argamasa no servia para unir los sillares si no para evitar que estos se moviesen.

Árgana:
Máquina en forma de rueda a modo de grúa donde se introducían una, dos o más personas para subir cargas de mucho peso.

Aristón:
En una bóveda de arista, la línea de intercesión de dos bóvedas reforzada por un arco.

Arranque: 
Primera o primeras piedras sobre el capitel o comienzo de la curvatura del abovedamiento.

Astrágalo:
Decoración realizada en la parte final del fuste para que al colocar el capitel se disimule la junta.

Ático:
Parte superior de un retablo, que sobresale en la calle central.



Baldaquino: 
Dosel, apoyado sobre cuatro soportes, que cubre un altar.

Baptisterio:
Parte de un templo donde se halla la pila bautismal. A veces puede constituir un edificio anexo.

Baquetón o fascículo: 
Moldura vertical delgada en forma de columnilla, adosada a un pilar o corriendo por la pared hasta el arranque de las bóvedas.

Basamento o basa:
Parte inferior de una columna o de una estatua.

Basilisco: 
Animal fabuloso con cabeza de ave y cuerpo de felino que mata con su mirada.

Bocel:
Elemento corrido que se coloca sobre una superficie para decorarla y que se clasifica según su perfil, siendo normalmente de poca anchura.
Botarel : 
Elemento sobre el que se apoya un arbotante para ejercer de contrafuerte.

Bóveda: 
Cubierta de forma arqueada que cubre un espacio comprendido entre muros. Hay varios tipos:

Bóveda angevina
Es de crucería y su generatriz es una bóveda esférica con hiladas concéntricas y reforzada por arcos cruceros y transversales. La palabra angevina viene de Angers que fue la capital antigua de Anjou y que hoy es la capital del departamento de Maine y Loira. En Angers se encuentra la catedral de San Mauricio donde destaca en el interior la bóveda cuyas especiales características han hecho que los especialistas den a este tipo de bóveda el apelativo de "angevina". Conserva el esqueleto bombeado y según el sistema francés, aumenta el número de nervios adelgazándolos y su plementería (conjunto de piedras y dovelas) es despiezada.

Bóveda de medio cañón: 
Son típicas de la arquitectura románica.

Bóveda de cañón:
La originada por el desplazamiento de un arco de medio punto a lo largo de un eje longitudinal.

Bóveda de arista: 
Constituida por la intersección perpendicular de dos bóvedas de medio cañón.

Bóveda de crucería: 
La que refuerza sus aristas con nervios o baquetones. Son simples o sencillas cuando presentan solo los dos nervios laterales.

Bóveda de horno:
La que consta de un cuarto esfera, por lo general cubre el espacio del ábside semicircular.

Bóveda de luneto:
La de medio cañón atravesada perpendicularmente por otra de menor flecha.

Bóvedas de cañón apuntado: 
Es la originada por el desplazamiento de un arco apuntado a lo largo de un eje longitudinal

Bóveda estrellada: 
Bóveda en forma de casquete, en la que a los nervios diagonales se añaden otros intermedios rectos que reciben el nombre de terceletes, y otros curvos, que reciben el nombre de combados.

Bóveda sexpartita:
Bóveda de crucería, a la que a los dos nervios diagonales se ha añadido otro transversal, quedando dividida en seis partes o plementos.



Caballete:
En un tejado, la línea horizontal más elevada que divide las vertientes o aguas.

Cabecera:
Zona final de la iglesia donde suele situarse el altar principal.

Cancel:
Reja o balaustrada que separa el presbiterio o el coro de la nave de la iglesia.

Cancela:
Verjas muy labradas.

Capialzo:
Derrame o declive del intradós de una bóveda.

Capitel:
Parte superior de una columna sobre el que se apoya la parte terminal.

Cardina:
Motivo ornamental propio del gótico; consiste en hojas talladas similares a las del cardo.

Cariátide: 
Escultura femenina que ejerce papel de una columna, pilar, etc.

Carpanel: 
Arco de tres centros.

Cartón: 
Dibujo, en pergamino o papel, con el diseño o modelo de una vidriera.

Casetón:
Compartimiento hueco, normalmente con forma cuadrada con fondo decorado. Suele aparecer ensamblado con otros semejantes formando la cara inferior de una cubierta o artesonado.

Cátedra:
Asiento del obispo en la antigua basílica cristiana. Puede estar hecha de piedra, mármol o madera.

Catedral:
Iglesia principal de una diócesis en la que el obispo o el arzobispo tiene su trono episcopal permanente o cátedra; generalmente se encuentra en la población de la que la diócesis recibe su nombre y en la que reside el obispo; es atendida por un cabildo de canónigos que se ocupa diariamente de la liturgia.

Cenobio:
Monasterio de vida comunitaria.

Celosía: 
Tablero para cerrar vanos que impide ser visto, pero no impide ver.

Cheurrón:
Moldura con decoración en zig-zag.

Chapitel: 
Remate apuntado de una torre, generalmente cónico o piramidal.

Ciborio: 
Especie de dosel que cubre el altar o cualquier otro elemento.

Cincelado:
Acabado de una pieza de orfebrería, utilizando un instrumento cortante o cincel.

Cimborrio, cimborio o cimorro:
Construcción elevada sobre el crucero en forma de torre de planta cuadrada u octogonal, con la función de iluminar el interior del edificio.

Cimbra:
Estructura de madera de carácter provisional, generalmente de madera, que sirve de soporte para la construcción de un arco o bóveda. Superficie curva interior de una bóveda o arco.

Claristorio: 
Anglicismo. Parte de las vidrieras en el alzado de un interior gótico.

Claustro:
Galería de arcos en torno a un patio, rectangular o cuadrado, generalmente anexo a una iglesia, a donde suelen dar las dependencias.

Clave:
Dovela central de un arco; Pieza central de una bóveda.

Cola de milano: 
Tipo de ensambladura cuyo corte recuerda la cola de un ave.

Colegiata:
La colegiata o iglesia colegial es el templo católico, que sin ser catedral, posee un cabildo que está compuesto por dos canónigos de oficio (doctoral y magistral) y ocho canónigos, más seis beneficiados. La dignidad rectora recibe el nombre de prior, aunque ocasionalmente también sea llamado abad.

Columna:
Elemento arquitectónico vertical de forma cilíndrica, constituido en general por base, fuste y capitel.

Columna apilastrada:
La que esta adherida a un elemento recto, ya sea muro o pilar.

Combado:
Cada uno de los nervios que unen entre sí las claves de los diferentes arcos en algunas bóvedas de crucería.

Concatedral:
Una concatedral es un templo cristiano, que comparte la sede o cátedra del obispo con otro templo catedralicio. Tiene rango de iglesia catedral, compartiendo la condición de sede o cátedra del obispo con otro templo catedralicio. El rango es una concesión dada por la Santa Sede y posee todos los derechos y privilegios de las iglesias catedrales.

Contrafuerte:
Estructura mural adosada al exterior de un edificio con el fin de reforzarlo en los puntos en que soporta mayores empujes. Pilares y contrafuertes se unen entre si por medio de arbotantes.

Coro o presbiterio: 
Espacio de una iglesia que circunda al altar mayor y que está separado de la nave por gradas. Está reservado al clero. Con relación a la sillería se divide en coro alto, que es la serie de sillas donde toman asiento los canónigos y coro bajo, que es la parte ocupada por los clérigos y beneficiados. Desde el siglo XIII algunas iglesias colocaron el coro en medio de la nave central, mientras que otras conservaron su primitiva disposición detrás del altar. Al coro existente en el ábside, detrás del altar mayor, se le daba el nombre de presbiterio, por estar destinado a los sacerdotes, en tanto que al colocado delante del altar se le llamaba propiamente coro por situarse en el lado de los cantores. La silla del Rey está situada del lado del Evangelio y la silla del Obispo del lado de la Epístola.

Crestería: 
Elemento decorativo utilizado como remate arquitectónico, generalmente en fachadas, consistente en un mismo motivo de talla calada que se repite periódicamente.

Cripta:
Capilla subterránea que sirvió como lugar de enterramientos.

Cristología:
Estudio de la vida de Jesús.

Crochet:
Es un galicismo que hace referencia a unos elementos decorativos en forma de hoja o ganchos que decoran la parte exterior de los gabletes, las dos lineas rectas que se unen en el vértice para formar el triángulo isósceles. También son característicos como adornos de muchos pináculos y capiteles.

Crucería:
Conjunto de nervios en la intersección de las bóvedas.

Crucero:
Nave transversal del mismo ancho y alto que la nave principal o mayor. También, espacio común a la nave mayor y a la de crucero, recibiendo las alas la denominación de brazos del crucero.

Crujía:
División vertical del exterior o interior de un edificio, delimitada no por los macizos, sino por los vanos, en orden al número de contrafuertes, unidades de bóveda, o compartimentos de cubierta. Constructivamente es cada una de las partes principales en que se divide la planta de un edificio. Se denomina primera crujía a la situada más próxima a la fachada, enumerándose correlativamente hacia el interior de la edificación. En algunas catedrales, espacio comprendido entre el coro y el presbiterio, cerrado por verjas o barandillas.

Cruz griega:
Tipo de planta, utilizada en ciertas construcciones religiosas, formada por 4 brazos iguales.

Cruz latina: 
Tipo de planta, la más frecuenta en la arquitectura religiosa cristiana, que tiene el brazo inferior más largo.

Cruz arzobispal:
Tipo de planta que consta de dos transeptos. Muy frecuente en la arquitectura gótica inglesa.

Cúpula:
Cubierta en forma de casquete esférico. Se denomina "cúpula de gallones" o "gallonada" si su superficie interior aparece compartimentada a partir de diversas aristas que, arrancando desde el extremo, van a parar al centro de la cúpula.

Iglesia de Vilar de Donas. Una joya del Románico en el Camino Francés


Cuando el origen de una construcción se pierde en el albor de los tiempos, los estudiosos del patrimonio se suelen encontrar con arduos problemas para determinar quien la levantó y cuál fue su propósito inicial.

Tal es el caso de la iglesia de San Salvador, un claro y espectacular ejemplo del arte románico, edificada en la población lucense de Vilar de Donas y la más valiosa de las más de veinte iglesias románicas con las que cuenta el municipio de Palas de Rei.


Descubrir esta parroquia no es difícil, pues está cerca de la localidad de Portos, y varios postes indicativos se encargan de dirigir nuestros pasos hacia esta pequeña población. 

La mañana que elegimos para visitarla amanece cubierta de una ligera neblina que impregna nuestro camino de un halo de misterio y leyenda y nos predispone para dar rienda a nuestra imaginación con las historias que tengan a bien contarnos. 

Cuando llegamos la iglesia está cerrada y dudamos sobre qué hacer o hacia dónde dirigirnos. Pero nuestro dilema pronto se ve resuelto cuando se nos acercan dos vecinos a los que previamente habíamos rebasado en el camino. 

Esperando a nuestro guía particular
Uno de ellos, muy amablemente, nos indica que la guía oficial de la iglesia no llega hasta más tarde, pero que si estamos conformes, él puede hacer de cicerone y mostrarnos aquello que hemos venido a visitar. 

Indudablemente aceptamos la oferta, y Jesús, así se llama nuestro improvisado guía, se acerca hasta su casa a recoger las llaves del lugar. 

Nuestro conocimiento del recinto es mínimo y somero, únicamente lo que hemos podido leer en la web, pero ya desde el instante en que accedemos al atrio de la iglesia, este erudito sacristán nos presentará una versión distinta de la historia que hasta ahora dábamos por cierta.

La ausencia de cualquier testimonio autentico que avale documentalmente la cronología histórica de esta iglesia y su monasterio adyacente, actualmente completamente en ruinas, ha conducido a los expertos analistas a una polémica que no tiene visos de acabar, pues estos competentes estudiosos del románico no terminan de decidir cuándo se construyó este complejo y quienes fueron sus primeros moradores. 

El primer matiz de desacuerdo lo podemos encontrar en el origen del nombre con el que se denomina la localidad y por aproximación la iglesia allí levantada. 

Verde y enigmática Galicia. De Sarria a Palas de Rei


La carta de presentación de nuestra cuarta jornada turística se presenta en forma de un rosado amanecer que nos hace presagiar que hoy también pasaremos calor, al menos en las horas centrales del día.

El día despunta en Sarria



Nuestros peregrinos quieren salir temprano de Sarria, pues hoy seguirán la ruta de los caminantes, y como Daniel ya la conoce, de sobra sabe que hay muchos tramos no ciclables que les obligarán a llevar sus bicicletas asidas del manillar.

Los demás les seguiremos en breve, pero antes tomaremos las últimas fotografías a la villa de Sarria, pues la tarde de ayer no fue suficiente para empaparnos de la historia local de este municipio. Aquí la riqueza histórica y cultural ha dejado un gran poso, reflejado en un abundante patrimonio que merece la pena ser visitado sin prisas.


Preciosa y frondosa casa de Sarria
Sarria es conocida por ser el mayor núcleo de población que se encuentra el peregrino en la parte gallega del Camino de las Estrellas. Está situada a 30 kilómetros de la ciudad de Lugo y en sus 185 kilómetros cuadrados de extensión viven más 13.000 almas repartidas en 48 parroquias rurales y 4 urbanas.

Vista parcial de la Sarria más moderna
Sus calles han sido mudos testigos del tránsito de peregrinos y reyes, de soldados y monjes, de emisarios y arrieros... y el paso de todos ellos ha marcado para siempre el carácter abierto y acogedor de los sarrianos.

Para explicar la gran afluencia de romeros que encontramos en sus calles, diremos que en el Campo da Feira un mojón nos recuerda que únicamente restan 111,5 kilómetros para alcanzar Compostela, y en el presente la ansiada acreditación sólo se consigue habiendo recorrido a pie los últimos 100 kilómetros del Camino.

Mojón xacobeo
Aunque Sarria alcanza su auge a partir del siglo XII, al estar su territorio enclavado en la ruta que conduce a Santiago, se han encontrado numerosos restos arqueológicos que nos remontan a épocas prehistóricas, romanas o suevas, como son los castros prerromanos de San Cosme da Pena, As Paredes, Calvor…., las insculturas o grabados en las rocas de las parroquias de Maside y Barbadelo, los dólmenes en Santa Marta o Vilamaior….,la estela funeraria localizada en Vilar de Sarria, las villas romanas localizadas en el mismo Vilar de Sarria y en San Antolín …

Pero será el comienzo de las peregrinaciones a Santiago el principal detonante para el resurgimiento de estas tierras, pues con el fin de cuidar y proteger a los caminantes que por aquí transitan se comienzan a levantar monasterios, hospitales, ermitas, mesones, que propiciarán la llegada de instituciones asistenciales como los Magdalenos en Sarria, los Templarios en Santo Estevo de Barbadelo… encargados del bienestar físico y espiritual , nobles y señores encargados de la protección de estos romeros, y pequeños burgueses encargados de suministrarles los artículos básicos para su subsistencia.

Este florecimiento de la ciudad anima al rey Alfonso IX a concederla un fuero que la regiría como villa real, pasando entonces a denominarse Vilanova de Sarria. Y será esta misma villa el escenario del fallecimiento del rey en 1230, cuando el monarca regresa de Santiago tras peregrinar a la tumba del Apóstol para agradecerle su intercesión en la reconquista de la ciudad de Mérida.

El Códice Calixtinus, la primera guía del peregrino a Compostela, ya describe a Sarria como una villa hospitalaria que da albergue al caminante que proviene de Triacastela y le concede importancia como punto destacado de aquel primer itinerario cultural europeo.

También dicen los libros del Sacti Jacobi que en "Sarria, la luna se funde con el brillo de la noche porque es donde duermen los sueños, ya que las "estrellas del Camino" se retiran aquí a descansar".

Numerosos son los monumentos que alberga esta villa, pero quizás los más significativos sean el viejo torreón de la antigua fortaleza de los Marqueses de Sarria y la iglesia de Santa Mariña de Sarria.