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Parque de la Alameda

Parque de la Alameda
¡ El Parque de la Alameda se viste de otoño! Vale la pena visitar Santiago

Volvemos al valle. De O Cebreiro a Sarria


Pedrafita se encuentra enclavada en el paraje natural de Os Ancares
Pedrafita do Cebreiro, puerta de entrada a tierras gallegas, nos ha brindado su hospitalidad y la amabilidad de sus vecinos, además de una temperatura refrescante que ha permitido a nuestras personas descansar plácidamente y algo arropadas, circunstancia esta que agradecemos en extremo, pues en nuestra tierra, Toledo, este verano está resultando caluroso y seco por demás, y aunque veníamos buscando frescor y algo de lluvia en estas tierras norteñas, no hemos encontrado aún ni lo uno ni lo otro.

Todas sus casas presentan similar aspecto
Lo que sí hemos apreciado en este municipio lucense, es la armonía en la construcción de sus viviendas, siguiendo casi todas el mismo patrón. Casa blanca, de nueva edificación, de no muchos pisos y coronada por tejado de pizarra. 

Un bonito atardecer el que nos regaló esta villa
Pernoctar aquí nos ha llevado a tratar con sus vecinos, encantadores todos ellos, y también nos ha ofrecido la oportunidad de degustar su cocina, sencilla pero confeccionada con productos de gran calidad.

Pero todas estas ventajas traen aparejadas un inconveniente, y ese no es otro que madrugar al día siguiente para volver a dejar a nuestros peregrinos en el mismo paraje donde terminaron su etapa la jornada anterior, la cumbre de O Cebreiro.

Inmensas las vistas que se aprecian desde el Alto de O Cebreiro
De manera que bien temprano recogemos nuestras pertenencias y cargando las bicicletas en lo alto del coche emprendemos la subida a lo alto de O Cebreiro.

Nos da la bienvenida una clara y fresca mañana, y tras tomarles una instantánea a nuestros chicos y dejarles que inicien su etapa, ya les alcanzaremos después, los demás comenzamos la ruta turística de hoy conociendo un poco el lugar de O Cebreiro.


Todo piedra y pizarra
Hay que hacer notar que la historia de este municipio se encuentra fuertemente influenciada por su relevancia en el Camino de Santiago, aunque ya en la antigüedad los romanos tuvieron en cuenta esta población para incluirla dentro del itinerario del trazado de sus vías, entrando desde Triacastela al interior de la antigua Galicia, luego formó parte de las parroquias adscritas al Camino Real y en la actualidad es punto de paso indiscutible para acceder desde la meseta a la región gallega.

Dichas circunstancias, unidas a la leyenda del Santo Grial que ocurrió en la Iglesia de Santa María de O Cebreiro, han convertido a esta villa en un lugar de peregrinaje obligado desde hace siglos. 

Típicas pallozas celtas

Hoy toca alta montaña. De Ponferrada a O Cebreiro

La etapa de hoy nos llevará desde tierras leonesas a comarcas gallegas dado que comenzará en Ponferrada y tendrá su final en O Cebreiro, lugar mítico y a la vez temido por todos los peregrinos que a pie, en bicicleta o a caballo se enfrentan a la dura subida de La Faba y sus más de 600 metros de desnivel, pues ese es el que hay en los últimos kilómetros de esta etapa, que una vez finalizada regala a los romeros unas espectaculares vistas de la provincia de Lugo. 

Pero antes de iniciar nuestra marcha conoceremos un poquito Ponferrada, ciudad que tiene su origen en la Edad Media surgiendo como asentamiento alrededor del Camino de Santiago.

El rio Sil a su paso por Ponferrada
A finales del siglo XI, el obispo astorgano Osmundo, dispone que se construya un puente sobre el río Sil que facilite el paso a los peregrinos que marchan a Compostela. 

Es el "Pons-Ferrata" que dará nombre a un primitivo núcleo de población, la "Puebla de San Pedro", llamada así por la dedicación de la iglesia románica construida en el siglo XII a la salida del puente. Ese primitivo barrio se une al pequeño poblado que el rey de León, Fernando II, crea en la otra orilla, sobre un promontorio rocoso al que rodea una cerca. Este recinto será ampliado en los siglos siguientes como fortaleza de los monjes Templarios y como residencia de otros señores feudales, siendo el barrio que se consolida como ciudad de Ponferrada.

Hacia el año 1178, por concesión de los Reyes de León, los Templarios se establecen a lo largo del Camino de Santiago y será el rey Alfonso IX quien done Ponferrada a los Templarios con la explícita encomienda de proteger a todos aquellos que acudían en peregrinación a Compostela, ya que en la zona se cometían muchos abusos contra ellos.

Es posible encontrar la Cruz Templaria en las versiones más originales
Las crónicas cuentan que aquellos primeros Templarios llegaron con el maestre provincial Guido de Garda encabezando la expedición, siendo Fray Helías el primer comendador de Ponferrada. La tradición les atribuyó hazañas de toda índole, incluida la del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Encina, patrona de la comarca de El Bierzo, allá por el año 1200, en el hueco de una encina. 

Con la disolución de la Orden del Temple, la ciudad, enclave importante en el camino de Castilla a Galicia, pasa a manos de distintas familias que amplían la fortaleza y ensanchan sus límites: Son los Castros y los Osorio, principalmente el Conde de Lemos, Pedro Álvarez Osorio.

Ponferrada se desarrolla como urbe entre los siglos XVI al XVIII, época en la que se construyen los edificios más singulares y notables. 

En el casco antiguo se conservan vivas las huellas de la historia de Ponferrada, como así lo manifiesta el entramado de callejuelas tejido en la parte alta de la ciudad y presidido por la silueta majestuosa del Castillo de los Templarios.


La zona histórica de Ponferrada presenta calles como esta
Quien disponga de un rato para callejear y perderse por este dédalo de calles, descubrirá la Basílica de la Encina, la Calle del Reloj y su torre, levantada ésta sobre una de las puertas de la antigua muralla, la Plaza del Ayuntamiento, presidida por la fachada de la Casa Consistorial,la Iglesia de San Andrés, la Real Cárcel, hoy museo del Bierzo, que ofrece al viajero un paseo por la historia, desde la más remota a la más actual…


Ayuntamiento de Ponferrada
Si es posible, tampoco hay que perderse la visita al Castillo de los Templarios, construido entre los siglos XI y XV.  Nosotros no podremos hacerlo, pues tanto los domingos por la tarde como los lunes no se realizan visitas.




El Castillo, orgullo de los Templarios
Cuando en 1178 Ponferrada pasa a depender de la Orden del Temple por donación de los reyes leoneses, los templarios se encuentran una pequeña fortaleza que fue en su origen castro y posteriormente ciudadela romana. Ellos la amplían y mejoran como defensa del Camino de Santiago, estando acabada en 1282.

El Castillo que hoy conocemos es el resultado de una larga serie de ampliaciones. Como prueba de estas diferentes etapas encontramos los escudos y blasones de aquellos que lo ocuparon y contribuyeron en el desarrollo de su construcción. Fue declarado Monumento Nacional Histórico Artístico en 1924. 

La Basílica de la Encina, precioso templo renacentista donde hemos ido a que nuestros peregrinos sellasen la credencial, fue iniciada antes de 1573 sobre planos de Juan Alvear, con planta de cruz latina. En su interior destaca el Retablo Mayor, en madera policromada, de la escuela de Gregorio Fernández, fechado entre 1630 y 1640. Preside el retablo la imagen de la Virgen de La Encina "La Morenica" patrona del Bierzo.


Detalle de la torre de la Basílica
A pesar de que existe un anacronismo evidente, una leyenda narra cómo la talla de la Virgen traída de Tierra Santa por Santo Toribio, obispo de Astorga, hubo de ser escondida con el fin de preservarla de las invasiones musulmanas. El rastro de la imagen se perdió y siglos después, los templarios encontraron la talla oculta en el interior de una encina mientras se aprovisionaban de madera. La Virgen adoptó el apelativo del árbol en el que había sido hallada.

La Torre del reloj, ubicada sobre una de las puertas de la muralla medieval, única que se conserva, se encuentra sobre el Arco de la Eras, en el acceso a la Calle del Reloj (junto al Ayuntamiento).


La Torre del Reloj, que da paso a la Plaza Mayor
De planta rectangular, consta de tres cuerpos construidos en mampostería de pizarra y canto rodado, excepto en esquinas y jambas, en las que se emplean sillares de granito. Se accede a ella por una escalera exterior desde la Calle Carnicerías. Por su originalidad, la silueta de la Torre del Reloj está inseparablemente unida a la imagen de Ponferrada.


Iglesia de San Andrés, situada frente al Castillo de los Templarios
Aún quedan algunos edificios interesantes que visitar,como la iglesia de San Andrés,  pero la etapa es larga y queremos llegar a O Cebreiro a la hora de comer, pues conocemos un lugar allí donde sirven un pulpo a feira, ya estamos en tierras lucenses, que recuperará a los peregrinos de las penurias que hayan podido padecer subiendo La Faba.

Hoy abrazamos al Santo. Día 7 de septiembre, de Salceda a Santiago




Hoy alcanzaremos Santiago, y siendo nuestra última etapa, queremos disfrutarla como ninguna, pues sabemos que nuestra meta está muy cerca. 

Dado que ayer dimos un descanso a las piernas, y sólo nos quedan unos veintisiete kilómetros para llegar a Compostela, tomaremos la misma ruta que los peregrinos a pie, pues es la última oportunidad que tendremos de encontrar a personas que persiguen nuestro mismo sueño, que no es otro que alcanzar la Plaza del Obradoiro y abrazar al Santo.


Preparados para afrontar la última etapa
Salimos de Salceda desmarcándonos unos metros de la Nacional por la derecha, pasando junto al recuerdo al peregrino Guillermo Watt, fallecido en el camino, aunque sabemos que no ha sido el único. 

Hoy el itinerario para peregrinos será un constante cruzar la N-547 a uno y otro margen, pues nuestra senda se abre unas veces a la izquierda y otras a la derecha de la carretera.


Un bonito paisaje que invita a la nostalgia
Oxén será el primer lugar que nos reciba, seguido de Ras, ambos de la parroquia de San Miguel de Cerceda. Es posible que en este punto se nos incorporen los peregrinos que estén haciendo el Camino del Norte y hayan tomado la variante de O Pino. 

A Brea y la cercana A Rabiña, ya estamos en el Mojón 23, serán nuestras próximas aldeas, que darán paso, tras cruzar de nuevo la carretera y abordar una pequeña rampa, a O Empalme, localidad ésta de la parroquia de San Lourenzo. 

Entramos en la población, y sin detenernos en la misma tomamos una pista que desciende bajo la sombra y el olor de los eucaliptos, atravesando un pequeño túnel bajo la N-547 que nos conducirá hasta la Ermita de Santa Irene y su fuente barroca.


Aquí pararemos para tomar unas instantáneas y disfrutar del paisaje, cuajado de inmensos bosques de eucaliptos y otras especies arbóreas. 


A las aguas de esta fuente se le atribuyen propiedades curativas


Estos mismos bosques son los que nos aíslan del ruido de los vehículos a motor, que marchan hacia Santiago paralelos a nosotros, y pasando junto al Mojón 20 alcanzamos A Rúa, de la parroquia de Arca. 


Nuestra aventura está llegando a su fin


Una pista asfaltada nos guiará hasta O Pedrouzo, localidad también de Arca y con todos los servicios.



Para descansar, sólo carretera. Día 6 de septiembre, de Palas de Rei a Salceda


La quinta etapa de nuestra travesía la hemos planeado como un paseo relajado, pues después del día de ayer, que seguimos las sendas de los caminantes y durante largos trechos tuvimos que apearnos de nuestras bicicletas y caminar junto a ellas, hoy queremos pedalear hasta Salceda, por lo que elegiremos el asfalto para avanzar hacia Santiago.

En esta jornada el municipio de Palas de Rei no será testigo de nuestra salida, como lo han sido hasta ahora el resto de poblaciones donde hemos finalizado el trayecto, sino que optaremos por partir desde San Pedro de Meixide, parroquia donde pernoctamos en la noche de ayer.

Un roble centenario presencia nuestra salida desde Meixide
Descansar en un pazo rehabilitado y oír únicamente los sonidos del campo, ha llevado descanso a nuestras fatigadas piernas y sosiego a nuestro espíritu.

Después de reconfortar nuestros cuerpos con un buen desayuno, que nos sirven en el mismo pazo, tomamos la carretera Vegadeo– Vilagarcía de Arousa , o lo que es lo mismo, la N- 547, que nos conducirá a Melide, donde estamparemos el primer sello del día en nuestra credencial.


El hecho de pedalear por el asfalto no impide que lo hagamos a través de tramos espectaculares de árboles centenarios y paisajes de ensueño. 


Siguiendo nuestro mismo recorrido encontramos algunos peregrinos a pie, suponemos que cansados de las constantes subidas y bajadas de este tramo, pero lo normal en este punto del trayecto es que ellos caminen por pistas asfaltadas o corredoiras hasta alcanzar el río Pambre en Ponte Campaña, municipio perteneciente a la parroquia de Mato.


Progresando en nuestra misma dirección los romeros cruzarán Porto de Bois y Campanilla, pequeña aldea de la parroquia de Mato y última población lucense en el Camino. 


O Coto, primera aldea coruñesa perteneciente a la parroquia de Leboreiro, ya en el Concello de Melide, recibe a los caminantes, mientras que nosotros seguimos por la misma N-547, que desde que hemos entrado en la provincia de A Coruña, se denomina Carretera Santiago – Gutín.
El cartel con la salida hacia Leboreiro, definido en la antigüedad como Campus Leporarius o campo de las liebres, nos lo encontramos a la izquierda de nuestra marcha, mientras que nuestros compañeros caminantes cruzarán el municipio de un lado a otro.

En ese trayecto encontrarán a la entrada de la localidad, un Cabazo muy bien conservado, que no es otra cosa que un canasto gigantesco concebido para realizar las mismas funciones que los hórreos. Inmediatamente detrás podrán admirar la interesante iglesia de Santa María, románica de transición.

Hemos llegado al punto, antes de entrar en Melide, que vamos en paralelo a los caminantes, nosotros sin abandonar el asfalto y ellos por el Parque empresarial de Melide, también llamado de la Magdalena. 

Apenas un kilómetro después cruzamos el río Furelos, afluente del Ulla, aunque los viandantes lo hacen por un puente medieval y nosotros no dejamos la calzada. 


La parroquia de San Xoán de Furelos, antesala de Melide, nos recibe y sin abandonar la hilera de viviendas, ingresamos en la capital del Concello. 
Ayer estuvimos aquí degustando un pulpo exquisito. Hoy sólo pararemos a sellar la credencial

Es Melide un municipio dotado de todos los servicios y famoso, sobre todo por su pulpo y su albariño, pues sus pulperías están mencionadas en cualquier guía de peregrinos que se precie.

Día 5 de septiembre, de Sarria a Palas de Rei por el Bosque Encantado


Hoy hemos comenzado nuestra etapa con la misma tónica que los días anteriores, es decir, algo de rocío en el ambiente y un precioso sol que despunta por el horizonte.

Los peregrinos a pie suben los 62 escalones que se encuentran a nuestra espalda

Estamos preparados para afrontar nuestra cuarta etapa

Esta etapa también será dura a su manera, pues no serán tanto las subidas como los tramos de caminos y corredores que pondrán a prueba nuestro equilibrio sobre la bicicleta.

En el día de hoy serán muchos los nuevos compañeros que se incorporarán a nuestra marcha, pues quienes van a pie sólo necesitan acreditar cien kilómetros de camino para obtener la Compostela, y saliendo desde Sarria cumplen con creces este requisito, ya que este municipio se encuentra a 111 kilómetros de Santiago.

Ya puestos en marcha, tenemos que alcanzar la rúa Maior de Sarria, a la que llegaremos enfrentándonos a la primera subida del día.

Tras la rúa Maior, y pasando junto al edificio de la Prisión Preventiva, alcanzamos el mirador de Sarria, que nos ofrece unas vistas panorámicas de la ciudad. Junto a él encontraremos un roble centenario y un cruceiro.

Este poste nos indica la dirección del Camino

Posando junto al escudo de Sarria nos despedimos de esta población


Cruceiro con Sarria como telón de fondo
Daniel recoge unas cuantas bellotas caídas del roble, pues tiene la intención de sembrarlas y conseguir un pequeño árbol que le recuerde los días vividos en estas tierras.

Unos trescientos metros adelante, pasamos por el Convento de la Magdalena, edificio de fábrica gótica y renacentista principalmente, y regentado por los Padres Mercedarios.

Mojón que señala el kilómetro 110 del Camino
 El camino desciende adosado al muro del cementerio y nos conduce hasta el río Pequeño, afluente del Sarria.

El Ponte Áspera, de origen medieval, nos permite cruzarlo. Pequeños prados y frondosas huertas nos acompañan en este principio de etapa, en el que una pasarela de madera nos invitará a salvar un estrecho arroyo que se cruza en el camino.

Fisonomía del paisaje al abandonar Sarria

Daniel posando bajo el Ponte Áspera

Cruzamos la pasarela a pie, para evitar caídas innecesarias